Polar y montaña

En estos sitios la temperatura es muy rigurosa registrada valores de -80 ° C (Antártida) y -50 ° C (Ártico) .Otras características de estas áreas es que los inviernos son más oscuros y veranos más luminosos.

Regiones polares y de alta montaña

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La pérdida de hielo marino en el Ártico a un ritmo más rápido de lo previsto, el agujero de ozono en la Antártida, el derretimiento de los glaciares y la posibilidad de que los enormes mantos de hielo de Groenlandia y del Ártico incidan de forma determinante en la subida del nivel del mar son solo algunos de los problemas que afectan a las regiones polares y de alta montaña y que tienen ramificaciones globales.


Ya no hay duda de que estos cambios reflejan los efectos de la actividad humana en otros lugares de la Tierra y de que, si continúan, tendrán grandes repercusiones en la sociedad a nivel planetario. Por este motivo, la vulnerabilidad de las regiones polares se considera cada vez más una cuestión de importancia mundial.

 

Los pueblos indígenas y otros pueblos que viven y trabajan en latitudes altas se están viendo afectados por las variaciones cada vez más diversas del tiempo y el clima. En el último siglo, las temperaturas registradas en el Ártico han aumentado a una velocidad que casi duplica la alcanzada en el resto del mundo, lo cual ha provocado rápidas modificaciones, por ejemplo, del hielo marino, la capa de nieve y el permafrost, que afectan a las formas tradicionales de vida y las infraestructuras existentes. Estos cambios, junto con el aumento del turismo y la mayor actividad económica, están generando una necesidad creciente de información climática útil y específica que permita tomar decisiones eficaces y mitigar los riesgos para las personas, los gobiernos, las empresas y el medio ambiente. Una buena solución sería adoptar un enfoque regional encaminado al desarrollo de productos, información y servicios climáticos mejorados que ayuden a los Miembros en sus actividades de prestación de servicios. En el marco de este enfoque se agruparían competencias profesionales e inversiones a nivel nacional, y se establecería un mecanismo para coordinar, mejorar y, en algunos casos, armonizar los productos y servicios solicitados por las partes interesadas pertinentes.

Ahondando en este sentido, hay que señalar que el índice de fusión de la nieve puede tener una incidencia considerable en la elevación del nivel del mar, lo cual afecta particularmente a los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) y las zonas costeras bajas, con inclusión de los deltas densamente poblados en los que viven cientos de millones de personas. El seguimiento y las proyecciones a largo plazo de estos fenómenos están contribuyendo de manera significativa a la formulación y aplicación de políticas a nivel nacional, regional y mundial. En este contexto se inscriben los argumentos en los que se basa la meta actual de limitar el calentamiento global a menos de 2° C por encima de los niveles preindustriales, establecida en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). 


En el Año polar internacional (API) 2007-2008  se destacaron y ampliaron los conocimientos sobre la criosfera, lo cual condujo a la creación de la Vigilancia de la Criosfera Global (VCG), cuyo cometido es establecer un sistema global, coordinado, rentable y sostenible de observaciones e información sobre la criosfera a escala nacional, regional y mundial. El Sistema mundial integrado de predicciones en las zonas polares (GIPPS) reúne todas las facultades de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales que existen en el mundo con el fin de ubicar las variables esenciales relacionadas con el clima, el tiempo y el agua de las regiones respectivas y proporcionar una fuente de valor incalculable para las instancias decisorias. El Año de la predicción polar (2017-2019) es una iniciativa comunitaria y una actividad esencial del Proyecto de Predicción Polar comprendido en el Programa Mundial de Investigación Meteorológica, cuyo objetivo es propiciar una mejora considerable de las capacidades de predicción medioambiental en las regiones polares y otras regiones, coordinando un período de actividades intensivas de observación, modelización, predicción, verificación, colaboración de los usuarios y educación. 


A medida que vaya aumentando la presencia humana en las regiones polares se necesitarán más servicios de información oceánica y servicios conexos de cara a establecer medidas de protección de la vida humana y de los bienes en el mar y en las costas; tales servicios son además de gran ayuda para comprender el clima mundial y hacer proyecciones al respecto. La Comisión Técnica Mixta OMM/COI sobre Oceanografía y Meteorología Marina (CMOMM) trabaja en este sentido ayudando a coordinar la acción del Sistema de observación del océano Austral, el Programa Internacional de Boyas en el Ártico y el Grupo de trabajo internacional de cartografía de hielos, entre otros.


El entorno de la alta criosfera asiática (meseta tibetana) proporciona agua a ocho grandes ríos que allí se originan y de los que depende el suministro de agua del 45 por ciento de la población mundial. Actualmente, los glaciólogos se sienten inquietos por la reducción de los glaciares. En la zona de Karakorum Range, en Pakistán, se comprobó que seis glaciares se estaban derritiendo a un ritmo creciente, mientras que en otras partes de la Meseta los glaciares se encuentran en una fase de expansión. Reconociendo que las estaciones de superficie no bastaban para satisfacer todas las necesidades relativas a las observaciones de las regiones polares y de alta montaña, el Programa Espacial de la OMM debe coordinar las actividades relacionadas con la planificación, el procesamiento y el almacenamiento de conjuntos de datos sobre las observaciones de la Tierra realizadas por entidades operacionales y de investigación, para respaldar estas acciones.


El término alta montaña depende para su aplicación, entre otros factores de la latitud, es por esto que el término no es estricto. Por ejemplo, en España, se considera alta montaña a partir de unos 2500 metros en el sur y unos 2000 metros en el norte.


La alta montaña es un terreno montañoso, relativamente elevado pero de altitud no especificada que tiene condiciones geográficas particulares de nieve, hielo, clima, de radiación ultravioleta, temperatura, oxígeno, etc., donde existen riesgos para la salud del hombre al exponerse a éstas, como el mal de montaña. Se relaciona con la práctica del montañismo.

Climas: Las temperaturas son muy frías y las precipitaciones elevadas, casi siempre en forma de nieve en invierno. Respecto a la actividad deportiva en la alta montaña, las técnicas, las capacidades y las actividades mismas requeridas son bien especificadas de lugares montañosos elevados como: terrenos rocosos, arenosos, nevados o con hielo además de las condiciones atmosféricas particulares como la baja proporción de oxígeno, la temperatura y la presión atmosférica, todas las cuales disminuyen con la altura (altitud). Por lo anterior y por extensión, comúnmente se utiliza el término "alta montaña" para describir la actividad de ascender montañas con las características descritas y su consecuente descenso.

Camino a Laguna Brava (aproximadamente 4000 m s. n. m.), Provincia de La Rioja (Argentina).

El término alta montaña depende para su aplicación, entre otros factores de la latitud, es por esto que el término no es estricto. Por ejemplo, en España, se considera alta montaña a partir de unos 2500 metros en el sur y unos 2000 metros en el norte. En México, cuya meseta central tiene una latitud aproximada de 19° N, se acepta que alta montaña es a partir de los 4000 m s. n. m., donde es característica la nieve y el hielo así como la ausencia de vegetación o vegetación muy específica como el zacate (pasto) de alta montaña. En países con climas más frescos la cota mínima de alta montaña es bastante más baja. En la extensa Patagonia, extremo final de los Andes, la zona de alta montaña va disminuyendo su altura. En el norte patagónico (zona de Bariloche), el límite de vegetación se halla a los 1700 m s. n. m. (aprox.), y en Tierra del Fuego (56° lat sur) este límite se halla a los 650 m s. n. m. (aprox.). Sobre este límite se considera alta montaña. También en la zona de Glaciares y la Antártida se reúnen las condiciones de alta montaña.

Clima

A partir de los 3000 m de altitud las condiciones climáticas se hacen aún más duras ya que la radiación solar es más elevada, existe un grado de humedad muy bajo en el aire, las temperaturas son extremas, se dan fuertes vientos y precipitaciones en invierno en forma de nieve y hielo e incluso desciende la temperatura a una decena de grados bajo cero. Estas condiciones hacen que se establezca en esta zona una formación vegetal abierta del tipo matorral.

Flora y fauna

Los vegetales que viven en la alta montaña muestran un aspecto almohadillado, unas largas raíces y unas hojas pequeñas y pilosas que les permiten subsistir en este medio tan adverso, como por ejemplo la hierba pajonera que resiste muy bien los cambios de temperatura y los vientos de la alta montaña.

Cerro Mario Ardito (3656 m s. n. m.), Mendoza, Argentina.

En la flora de la zona predominan dos leguminosas por su abundancia: la Retama blanca, que llena de aromas la montaña en primavera, y el Codeso en la cumbre. También se dan otros endemismos cuya portentosa floración engalana las cumbres de Tenerife y La Palma en los meses primaverales. Dentro de estos últimos endemismos destaca la violeta del Teide (Viola cheiranthifolia) que es una rara y bella flor que crece en la piedra pómez hasta más de 3500 m s. n. m.

La fauna de alta montaña se ve condicionada por factores climatológicos. Es significativa la presencia de invertebrados, presentando numerosos endemismos, donde son abundantes los escarabajos, las moscas, las chinches, las mariposas, etc. Por el contrario los vertebrados no abundan, y están principalmente representados por los reptiles, unas pocas aves nidificantes y algunos murciélagos.


División geopolítica de la región polar ártica

La región polar ártica puede dividirse en tres grandes bloques: el europeo, que incluye las tierras de Noruega y Rusia; el asiático, al que pertenece el extremo oriental de Rusia y el americano, con las tierras danesas y canadienses.

Las tierras polares europeas, muy ricas en recursos minerales y especialmente carbón, se dividen en:

  • Tierras polares noruegas. Comprenden las Islas de Jan Mayen y Svalvard, la Tierra del Nordeste, la Isla de Edge, la isla de Barents, Prins Karls Forland, Kong Karls Land, Hopen, isla de Kvit y la isla de los Osos.
  • Tierras polares rusas. Tierra de Francisco José y Nueva Zembla.

Las tierras polares asiáticas comprenden las regiones del norte del continente, propiedad de la Federación rusa:

  • Tierras del Norte (Severnaja Zemlja). Están compuestas por cuatro grandes islas y numerosos islotes, con una extensión global total de 37,560 km²: isla de Bolchevique, isla de la Revolución de Octubre, isla de Komsomol, isla de Pionero e isla de islotes de pequeña Tajmyr y Schmidt.
  • Isla de la Soledad, Usakov y Wiese.
  • Islas de Nueva Siberia. Compuestas por nueve islas, la mayor de las cuales es Kotelny.
  • Islas de Long. Bennet, Jeannete, Henriette, Wilkicki y Zohov.
  • Islas de Wrangel y Herald

Tierras polares americanas. Comprenden las islas danesas de Groenlandia y los archipiélagos canadienses situados entre Canadá oeste y Groenlandia sudeste, compuestos, entre otras islas, por las de la Reina Isabel (Ellesmere, Devon, Parry, Melville, Borden, Amund Ringnes, etc.), Somerset, Príncipe de Gales, Baffin, Banks y Victoria.

Economía

Los estados que poseen territorios incluidos en esta región, E.E.U.U., Canadá, Rusia y los países escandinavos, han desarrollado una importante explotación de los grandes recursos económicos de la zona. Han adquirido una importancia significativa los campos petrolíferos de Alaska y de la región de Mackenzie, así como las explotaciones carboníferas del estuario de Kolima, de hierro en Canadá o de oro en Siberia. Otro de los recursos económicos de la región son la pesca de las especies autóctonas (como la ballena o el bacalao) y el comercio de pieles, por ejemplo las de zorro o visón.

Regiones polares en otros astros

Otros planetas y satélites naturales del sistema solar también poseen sus propias regiones polares. La Luna terrestre no contiene depósitos sustanciales de hielo en los profundos cráteres de sus regiones polares, las cuales nunca reciben directamente la luz solar. Marte, al igual que la Tierra, posee capas de hielo. En Urano, por otro lado, la inclinación extrema del eje del planeta lleva a los polos alternadamente apuntando casi directamente.




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